Los procesos de la deforestación y la degradación
forestal están relacionados y causan diversos problemas. Pueden producir la
erosión del suelo y la desestabilización de las capas freáticas, lo que a su
vez favorece las inundaciones o sequías.
La deforestación avanza a un ritmo de unas 17 millones de hectáreas al año, el equivalente a una superficie que supera a la de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte juntas. En muchos países la deforestación causa extinción de especies, cambios en las condiciones climáticas, desertificación y desplazamiento de poblaciones indígenas.
Los bosques desempeñan un papel clave en el
almacenamiento del carbono, pues son los pulmones de la Tierra. Cuando se
destruyen, el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera contribuye al
calentamiento global de la Tierra, y esto comporta multitud de efectos
secundarios problemáticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario